Benedicto XVI a los jóvenes: «Tenéis la tarea de mostrar al mundo que la fe trae una felicidad y alegría verdadera, plena y duradera. Y si el modo de vivir de los cristianos parece a veces cansado y aburrido, entonces sed vosotros los primeros en dar testimonio del rostro alegre y feliz de la fe»

martes, abril 05, 2011

SIN QUITAR NI UNA COMA...


ESTE DOMINGO HEMOS DESPEDIDO A D. RAUL BERZOSA, NUESTRO OBISPO AUXILIAR Y NO ME RESISTO A DEJAROS LA CARTA INTEGRA DE NUESTRO OBISPO EN SU DESPEDIDA.

DESPIDIENDO A DON RAÚL BERZOSA
CARTA SEMANAL DEL ARZOBISPO DE OVIEDO 3.04.2011

Queridos hermanos y amigos: paz y bien.
Momento de despedida, tiempo de balances desde la gratitud que sabe agradecer y desde la humildad de quien sabe pedir perdones. Porque nuestro paso por los surcos de la vida tiene esa doble y noble actitud: dar gracias y pedir perdón, recibir agradecimientos y aceptar disculpas. Así, en activo y en pasivo, el agente y el paciente de un tramo de historia que hemos podido compartir.
Lo hemos oído no pocas veces y hace unos días yo lo recordaba en la entrada en su nueva Diócesis de otro hermano Obispo: «Sal de tu tierra y vete a la que yo te indicaré» (Génesis, 12). Así de misterioso y taxativo se muestra el relato en el que Dios invita a Abraham a comenzar su éxodo. La peregrinación está escrita en la entraña del pueblo judío y forma parte del mandato misionero que ha vivido el cristianismo.
Acaso hemos experimentado tantas veces lo mismo que pudo experimentar nuestro bíblico padre en la fe: que cuando uno puede haberse habituado a un entorno, a una compañía o a un quehacer, sucede tal vez que Dios mismo te desarraiga para poner de nuevo tus pies en movimiento, asomar tus ojos a un horizonte distinto y deslizar en tus manos una nueva encomienda con la que seguir implorando la paz y amasando el bien, mientras se escribe la historia que nos corresponde narrar.
Son reflexiones que bien se nos agolpan cuando decimos a un hermano querido un adiós entrañable deseándole los mejores parabienes en la nueva andadura que ahora se le abren. A Mons. D. Raúl Berzosa Martínez así se lo deseamos, cuando como Diócesis de Oviedo le estamos despidiendo al marchar a su nueva y propia Diócesis de Ciudad Rodrigo. Han sido seis años intensos primero como Obispo auxiliar del Señor Arzobispo anterior D. Carlos Osoro Sierra. Luego como Obispo Administrador Diocesano durante los meses de Sede Vacante. Y por último como Obispo auxiliar nuevamente durante mi propio ministerio desde que llegué a Asturias como Arzobispo de Oviedo en enero de 2010.
Don Raúl se despide de esta Iglesia particular. Han sido unos años que se han compartido con él y él con nosotros desde que llegó en la primavera del año 2005. Y regresa a la Castilla que le vio nacer, para ser ahora Padre y Pastor de esa antigua y bella Diócesis salmantina.
Le deseamos todo lo mejor en esta nueva etapa de su ministerio episcopal. Lo han hecho en algunos arciprestazgos cuando durante estas semanas atrás le habéis invitado para decirle adiós de un modo más personal y cercano. Lo haremos como Diócesis el domingo 3 de abril en nuestra Santa Iglesia Catedral de Oviedo.
No vamos a cantar sevillanas del adiós, porque nos vienen muy lejos esos hermosos cantares de alegría andaluza. Ni soplaremos nuestras gaitas poniendo en el aire una nota de nostalgia o de tristeza. Pero por un amigo que se va, con un pañuelo de silencio a la hora de partir, sabemos entonar músicas alegres de nuestras gaitas dulces, y elevar una oración al Señor y a la Santina para que le acompañen, y brindar con un culín de sidrina deseando deseos buenos con gracejo y con donaire.
Querido Don Raúl, en el intercambio de gratitudes y perdones, queremos que sigas dejando a Dios que escriba con tu vida la historia bella para la que naciste, con aquellos que Él ha puesto a tu lado y que ha confiado a tu cuidado. Aquí nos tienes.
Hermanos y amigos, recibid mi afecto y mi bendición.
+ Fr. Jesús Sanz Montes, ofm
Arzobispo de Oviedo

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