Benedicto XVI a los jóvenes: «Tenéis la tarea de mostrar al mundo que la fe trae una felicidad y alegría verdadera, plena y duradera. Y si el modo de vivir de los cristianos parece a veces cansado y aburrido, entonces sed vosotros los primeros en dar testimonio del rostro alegre y feliz de la fe»

lunes, julio 14, 2008

MI PARROCO: "MAS CLARO... IMPOSIBLE"

Ser depositarios y guardianes de lo que significa Covadonga



Recogido en el diario "La Nueva España" domingo día 13 de julio de 2008:

ALBERTO REIGADA CAMPOAMOR Covadonga 2008, más allá del santuario. Con este titular me encontré una tarde de domingo ojeando un suplemento de ámbito nacional que ese día se entregaba con un periódico. Esperaba encontrar algo de Covadonga, de la Santina, del santuario, del Año Santo. Pero nada de eso. El «más allá del santuario» no se refería a algo que trascienda la primera impresión del visitante o turista. No era una invitación a elevarse más allá de la visita turística, a encontrarse como peregrinos en esa casa de la Madre que acoge, y nos eleva en «amores divinos». Pero no se trataba de nada de eso.

Las nueve fotos que ilustran el publirreportaje son todo un indicador. Un reportaje fotográfico sobre Covadonga 2008 y en ninguna foto sale nuestra Santina, siendo como ye pequeñina y galana. Pero no sólo es la Virgen de Covadonga la ausente, sino que no sale ni la Cueva, ni la Basílica, ni el Santuario. Nada. Y cuando digo nada, es nada.

Ninguna foto recoge simbología mariana. Más aún, en ninguna de esas imágenes aparecen símbolos religiosos, si exceptuamos la esquina de una iglesia, para mostrar un arco románico, y la reproducción de la Cruz de la Victoria que pende del puente romano de Cangas de Onís. Pero si sale en la foto no es por citar el año de la cruz, sino por el puente.

El «más allá» lo culmina este artículo con este subtítulo: «Reclamo gastronómico: fabada, pote, cabrito, pescado y quesos de Cabrales, Gamonedo, Begos (sic), Peñamellera». Sobran palabras.

Inmediatamente vino a mi recuerdo algo parecido que pasó con el Camino de Santiago. De pronto alguien inventa la pólvora y se monta un xacobeo sin Santiago, sin camino, sin nada de lo que es su motivación cristiana e histórica. Afortunadamente el Arzobispado de Santiago reaccionó pronto y bien. Han pasado ya varias semanas de la publicación de este publireportajes y escribo, a título personal, ante el silencio oficial y la pasividad generalizada.

Mientras celebramos sesudos encuentros sobre tantos asuntos teológicos e históricos en Covadonga, se nos cuelan, como agua entre los dedos, cosas como la que es objeto de este humilde y sincero comentario.

A veces los árboles no nos dejan ver el bosque, pero otras veces estamos tan arriba que nuestra mirada no nos deja ver los árboles. Da la sensación de que en la Iglesia no se valora la repercusión mediática de estos acontecimientos. Una homilía, una carta, un artículo en una revista especializada tiene los lectores que tiene. Desconozco las dimensiones de esta campaña, pero solamente en el medio que yo lo descubrí tiene miles de lectores. Y de hecho ya recibí eco y reacciones en línea de lo comentado en esta columna.

La Iglesia en Asturias es la primera que debe ser fiel depositaria, guardián y transmisora de todo lo que es Covadonga y, por tanto, actuar y estar alerta, como vigía, ante todo tipo de actuaciones sobre Covadonga, el santuario y el Año Santo. La Mancomunidad de Concejos del Oriente de Asturias tiene en Covadonga un gran foco de promoción, generador de puestos de trabajo en el sector turístico. Junto al santuario está toda la riqueza paisajística, folclórica, cultural y gastronómica de esa hermosa zona oriental. Es justo unirlo, pero con sabiduría y sin merma de nada propio de la identidad de Covadonga. En la identidad propia y en el respeto mutuo se encontrarán frutos abundantes también «más allá del santuario».

Alberto Reigada Campoamor es párroco de La Tenderina (Oviedo)