Benedicto XVI a los jóvenes: «Tenéis la tarea de mostrar al mundo que la fe trae una felicidad y alegría verdadera, plena y duradera. Y si el modo de vivir de los cristianos parece a veces cansado y aburrido, entonces sed vosotros los primeros en dar testimonio del rostro alegre y feliz de la fe»

viernes, julio 30, 2010

LIGERO DE EQUIPAJE. CAMINO DE SANTIAGO

Con motivo de la festividad de Santiago Apostol, el Arzobispo de Oviedo nos ha dirigido unas palabras en su carta semanal de las que señalo algunos párrafos que pueden ayudar a tantas personas que me han comentado que harán este verano el Camino de Santiago...




"El gran pensador Romano Guardini decía que Europa nació peregrinando. Roma, Jerusalén y Santiago eran las metas del aquel andar cristiano. Porque nuestro pueblo no sólo tiene una historia salvífica que contar, sino también una geografía de salvación que recorrer. Y en esas dos coordenadas del tiempo y del espacio por los que transcurren nuestras vidas, se da el encuentro con Dios que siempre es contemporáneo de nuestras preguntas, de nuestra certeza, de nuestro afán y de nuestros cansancios. Hay lugares en los que el tiempo no pasa, porque custodian lozano el mensaje cristiano que nos llena de luz, de gracia, de alegría y esperanza.

Por eso queremos ir a Santiago los que todavía no nos hemos acercado este año. Es importante la peregrinación diocesana que presidirá el Arzobispo en nombre de toda la Diócesis como prolongación o culmen de las que parroquial o arciprestalmente se han venido realizando. Iremos a Santiago con el júbilo del año santo compostelano, recorriendo los caminos que nos hablan de otros peregrinos que han surcado esos senderos. ¡Cuántas cosas te encuentras cuando andas y desandas la vida con la paz y apertura que propicia siempre el ir a tu paso lento y calmo! Sin prisas, sin sobresaltos, sin pausas desmedidas ni inciertos atajos. Sencillamente ir por el camino, con el bastón y la mochila de un equipaje ligero, sabiendo que tus pies peregrinos tienen como meta de su esfuerzo llegar al destino mismo que moviera al Apóstol Santiago: Jesucristo.

Pasan los siglos, y cambian tantas cosas que inevitablemente pone suficientes notas diferentes como para que no nos confundamos de tiempo. Y sin embargo tenemos tantas cosas en común, tantas, tantas, que nos permite vislumbrar incluso una inequívoca similitud. Fundamentalmente hablamos de un corazón que tiene escrito a fuego en su adentro la exigencia de ser feliz, y de cómo no sabemos ni queremos renunciar a un mundo en donde la paz y la justicia se besen, la belleza y la verdad vayan de la mano, la bondad y la libertad sepan siempre entenderse. Saber amar a Dios y sabernos por Él amados, sin hacerlo contra nadie, en la fraternidad que nos hace verdaderamente hermanos.

Tengamos la edad que tengamos, sea cual sea ahora nuestra circunstancia, esta hechura humana de la que estamos hechos no ha cambiado con el paso de los siglos, por más que sean otros los desafíos, distintas las trampas y diferentes los desvaríos. Pero en común tenemos toda esa esencial humanidad que nos embarga, la que Cristo quiso abrazar y darle un destino feliz y cumplido. De esto fue peregrino Santiago, y en esto él nos acompaña, con la meta común que nos llama y nos hermana, reconociendo que Cristo es el Camino y el Caminante junto a cada cual."

miércoles, julio 28, 2010

LO MEJOR DE AGOSTO...EN VALLADOLID



Me gusta Valladolid. Lo mas alucinomegaflipante será este agosto disfrutar con todo y sobre todo con LOS HELADOS Y LA LECHE MERENGADA...en plena plaza mayor. Nos vemos.
Bueno es broma...hay cosas mejores y mas importantes en Valladolid, claro que es una ayudita no?.

FESTIVAL EUROYEYE



GIJON, VIAJE A LOS SESENTA
Gijón viajará en el tiempo esta semana para revivir la época dorada de los sesenta. Lo hará a través de la decimosexta edición del Festival Euroyeyé, que devolverá la estética «mod» a la ciudad mediante ocho conciertos, tres exposiciones, un ciclo de cine, un mercadillo de ropa y discos y la inconfundible concentración de Vespas y Lambrettas en la plaza del Marqués.

REFLEXION DE VERANO


UN ARTICULO SUPER INTERESANTE PARA REFLEXIONAR ESTE VERANO

ESPIRITUALIDAD SIN RELIGION

Hoy se ha puesto de moda declararse “espiritual pero no religioso”, cláusula que sirve para atribuirse lo que da buena imagen a la fe –sentimientos filantrópicos, tolerancia universal–, sin los inconvenientes de la “religión organizada” –dogmas, preceptos, exclusividad–. Pero unas creencias blandas no nos sostendrán cuando necesitemos agarrarnos a algo firme, como advierte el autor de este artículo.
Firmado por David Mills
Fecha: 28 Julio 2010
La afirmación de que uno es “espiritual pero no religioso” constituye una colosal e interesada jerigonza que oímos de labios de casi todos los que hablan de religión en público, excepción hecha de aquellos a quienes el mundo define como fundamentalistas (yo, probablemente usted, Joseph Bottum, David Goldman, Benedicto XVI, los judíos hasídicos, los musulmanes devotos o las familias creyentes que tienen más de cuatro hijos).
Es una de esas frases sencillas de recordar que funciona como una cédula de “excarcelación” para cualquiera que tenga la sensación de que ha de explicar su falta de práctica religiosa; y como reivindicación de excelencia para los preocupados por ser superiores a los que practican una religión establecida. Es el equivalente religioso de “yo ya hice una donación en la oficina” o “me llaman por la otra línea” o “yo no como carne”.
Así, descubrimos a Lady Gaga revelando a un reportero de The Times, justo antes de salir con el periodista a pasar una velada en un club erótico de Berlín, que ella tiene una nueva espiritualidad. A la pregunta “Usted se crió como católica; luego cuando usted dice ‘Dios’, ¿se refiere al Dios católico o a un sentido diferente, quizá más espiritual, de Dios?”, respondió: “Más espiritual... No existe en realidad religión alguna que no odie o condene a un determinado tipo de personas, y yo creo por completo en el amor y el perdón universal, y sin excluir a nadie”.
Materialismo con esmoquin
¿Ven ustedes lo que quiero decir? Ser verdaderamente espiritual –en una escala en la que “el Dios católico” parece atascado en el medio– significa, según las apariencias, ser indiferentemente incluyente o (dicho de otra forma) adogmático.
No creo que la señorita Gaga o cualquier otra persona que hable de esa forma lo haya pensado a conciencia. Ese Dios que perdona a todos y no excluye a nadie no pone objeción a las orgías en clubes eróticos de Berlín. Un tanto a su favor, desde un punto de vista. Pero entonces tampoco pone objeción a los asesinos, ni a los torturadores ni a los banqueros corruptos. Un tanto a su favor desde el punto de vista de nadie.
Ni siquiera los académicos ven el problema. Hace algunos años, un estudio sobre la práctica religiosa de los estudiantes universitarios, que alcanzó enorme difusión, reveló que se transforman en más “espirituales” a medida que declina la práctica de la fe de su infancia. Los investigadores definieron lo “espiritual” como “el desarrollo de la autocomprensión, la preocupación por los demás, la transformación en alguien más cosmopolita y la aceptación de otros que pertenecen a confesiones distintas”. Lisa y llanamente, disfrazaron las actitudes de las que eran partidarios denominándolas “espirituales”. Esa clase de espiritualidad, separada de cualquier cosa específicamente religiosa, no es más que materialismo con esmoquin.
Creencias de peluche
La palabra “espiritual” carece de significado útil si no se refiere a una relación con un espíritu real, con algo procedente de un mundo que no es el nuestro, con algo sobrenatural, con algo o alguien que nos dice cosas que no sabemos, que juzga nuestras faltas y que nos da ideales por los que esforzarnos y quizá ayuda para alcanzarlos. No es una palabra útil si significa una inclinación general, o una estructura mental, o un patrón emocional, o un conjunto de actitudes o una colección de valores. No existe razón para definir nada de ello como espiritual.
Salvo que, naturalmente, a uno le guste esa leve sensación de importancia y ese reconfortante sentido de la aprobación social que nuestra sociedad sigue otorgando a las “cosas espirituales”, aunque no a las religiosas. Es una palabra cálida y difusa. Es una palabra monísima, como un conejito de peluche. No es nada parecido a “religión”, palabra fría y áspera, más propia de un predicador que aúlla y al que le huele el aliento.
Sin embargo, no se quiere una mejor definición. En el mismo momento en el que uno reconoce a un espíritu verdadero hacia el que se orienta la espiritualidad y por el que ésta es orientada, por distante y ajeno a todo compromiso que ese espíritu resulte, uno tiene una religión. Está ligado a alguien. Tiene instrucciones imperativas. Tiene que preguntar lo que el espíritu quiere y lo que exige y lo que dice.
Tal y como lo expresó el escritor Malcolm Muggeridge, converso él mismo de una vaporosa especie de religión, ansiamos “un cristianismo sin lágrimas... un idilio más que un drama, que tenga un final feliz en lugar de esa descarnada cruz que se alza tan inexorablemente contra el cielo”. El espíritu puede resultar ser un puritano. Puede decir algo sobre tomar una cruz. Es mejor ser “espiritual” sin espíritu y confiar en que nadie se dé cuenta.
La desesperación domesticada
Pero, ¿por qué molestarse en ser “espiritual”? ¿Por qué no ser al menos agnóstico? Ser “espiritual” es una especie de posición natural por defecto. “Espiritual pero no religioso” brinda un compromiso llevadero entre ambos lados de nuestra naturaleza: nuestro deseo de Dios y el de ser nosotros mismos Dios.
Queremos lo espiritualoide porque Dios nos hizo quererle; pero no queremos quererle y no le queremos en las condiciones que Él fija. Si nuestros corazones están inquietos sin Dios, como dijo san Agustín, pueden tranquilizarse con sucedáneos, entre los que la “espiritualidad” resulta más fácil de hallar y mucho menos costosa que las alternativas. Las drogas y la bebida son dañinas; la riqueza y el sexo son difíciles de conseguir y el éxito exige trabajo.
“Vivimos inmersos en una falta de creencias, aunque ésta sea señalada y torcidamente espiritual”, observó la escritora católica Flannery O’Connor. “Hay algo en nosotros... que exige el acto redentor, que clama por que lo que se venga abajo tenga al menos la oportunidad de ser restaurado”. El hombre moderno “busca este gesto, y con toda la razón, pero lo que ha olvidado es el coste que tiene. Su sentido del mal está diluido o falta por completo; por lo tanto, ha olvidado el precio de la rehabilitación”.
“En su aspecto más negativo”, concluía O’Connor, la nuestra es “una época que ha domesticado la desesperación y ha aprendido a vivir felizmente con ella”. Con mucha frecuencia, a mi parecer, lo que distingue lo “espiritual” de lo “religioso”, una vez vaciado lo primero de todo significado, es la ideología, la justificación de la desesperación domesticada. Es una forma de sentirse mejor estando solo en el universo, reivindicando una cierta relación con algo que nos supera, aunque no sabemos qué es. El marxismo está muerto como fuente de esperanza humana, pero permanece con nosotros el intento de hallar esperanza en una abstracción que se mantenga lejos de nosotros, a buen recaudo. El libertino que proclama ser “espiritual” me recuerda a los académicos que solían ser conocidos como “marxistas a la Gucci”, que predicaban la revolución y cuyo radicalismo les llevaba a sentirse muy satisfechos de sí mismos, pero que llevaban la vida más sibarítica y lujosa que quepa imaginar, y se justificaban pensando que la revolución no había llegado.
A la hora de la verdad
Ser “espiritual” no nos hace ningún bien. Recordando lo que he escrito recientemente en otro lugar, funciona bastante bien cuando se goza de salud y se dispone de suficiente dinero para disfrutar de la vida, y cuando lo único que uno quiere de su espiritualidad es la sensación de que todo está bien en el universo, especialmente en el rincón que uno habita. Pero no es de gran ayuda cuando las cosas se ponen mal.
El hombre que se consume víctima del cáncer de páncreas no recibirá ayuda ni consuelo de lo “espiritual”, que le parecerá mucho menos cordial y reconfortante cuando sienta un dolor que la morfina no pueda erradicar. No tiene a nadie a quien pedir ayuda; a nadie a quien suplicar que le consuele; a nadie que le acompañe; a nadie con quien encontrarse cuando traspase los límites de este mundo y se adentre en el otro. Él quiere lo que la religión promete.
Y tiene razón al quererlo. El hombre moribundo es el hombre verdadero en el sentido de que él es quien nos revela lo que esencialmente somos. Yacemos en nuestro lecho de muerte desde el día en que venimos al mundo. Parafraseando a Pascal, los moribundos no quieren al Dios de la espiritualidad sino al Dios de Abraham, Isaac y Jacob.

lunes, julio 26, 2010

LO PROMETIDO... ES DEUDA



Me gusta cumplir lo prometido. Le dije VAS A SALIR EN MI BLOG... Ayer vi las sandalias mas alucinomegaflipantes que te imagines..., eran lo justo para mi. Qué chulas...molan mogollón. son que flipas...
Ese vocabulario es el que toca, los chavales lo utilizan para todo. En breve se darán cursos en los centros sociales para MAYORES,para poder entendernos con nuestros jóvenes que escriben y hablán bajo mínimos, serán minimalistas para todo?
tu recibes un sms que dice:
Qué tengas un buen día - QT1BD
Te quiero mucho - TQM
¿Vienes a buscarme? - VAB?
Os pongo un link a una conferencia que se titula: LENGUAJE SMS: LA ALFABETIZACION DE LOS JOVENES EN EL SIGLO XXI, de Jose Luis Hernández Pacheco y Emilio Miraflores Gómez.
http://www.cesdonbosco.com/revista/congreso/21-Jose%20Luis%20Hernandez%20Pacheco.pdf

lunes, julio 12, 2010

SIN PALABRAS...

SOLO SE ME OCURRE DECIR...ENHORABUENA...CAAMPEOOOOOOOOONEEEEEEEEESSSSSSSSSSSSSSS!!!!!!!!!!


SOY ESPAÑOL...ESPAÑOL...ESPAÑOL

viernes, julio 09, 2010

NO TE ABURRES SI APRENDES A DESCANSAR



ESTABA BUSCANDO UNAS PALABRAS PARA ANIMAR A PASAR UN BUEN VERANO, PERO EN TODA LA EXTENSIÓN DE LA PALABRA Y COMO CRISTIANOS QUE SE DICE...Y ENCONTRÉ UNA CARTA DIRIGIDA A PADRES DE UN COLEGIO CON OCASION DE LAS VACACIONES DE VERANO DE SUS HIJOS Y PENSÉ...NO VOY A INVENTAR LO QUE YA ESTÁ TAN BIEN ESCRITO Y DICE LO QUE ME ENCANTARÍA A MI DECIROS...Y AHÍ VA

¡Vacaciones de verano! Pues sí, también son un invento de Dios. Nuestro Señor descansó de su trabajo creador y bendijo el tiempo dedicado al descanso. La Biblia enseña que todos necesitamos interrumpir la tarea cotidiana para entrar en nosotros mismos y descubrirnos imagen de Dios.

Las vacaciones son una ocasión de oro para reconocer las huellas de Dios en la naturaleza y, sobre todo, en los demás seres humanos. Liberados de las prisas de cada día, podemos mirar a quienes nos rodean con otros ojos, y así renovar nuestro amor por ellos.

Planificad vuestro veraneo de manera que descanséis. El reposo verdadero no está en emociones fuertes, ni en aventuras de alto riesgo, ni en compras compulsivas, ni en moverse sin parar, ni en la primera línea de playa, ni en comilonas, ni en el frenesí de una agenda apretada. Las vacaciones no son una simple evasión. Escaparse de uno mismo, aunque distraiga, no repara el desgaste físico y espiritual de la vida ordinaria, sino que empobrece y deshumaniza. Muchos vuelven peor que cuando se fueron.

Las vacaciones son para rehacerse por dentro y por fuera, para recuperar la alegría de vivir, para descubrir que el trabajo no es fin sino medio, para gozar de la belleza del silencio como espacio que nos abre al agradecimiento y a la relación con nuestro Creador. Si salís y dejáis aquí ordenadores, tv, play station, consolas y demás complementos, veréis ¡qué diferencia!

Disfrutad del aire tempranero, de la lectura sosegada, de la conversación distendida, del deporte en equipo, de la paz de la montaña, (en la playa es difícil encontrarla), de los árboles, los pájaros, las flores, los torrentes y los vastos horizontes, de conocer a otras gentes, de la música, de la belleza. Y, por encima de todo, disfrutad con vuestra familia. Respirar, leer, conversar, contemplar, reír, jugar, pasear es gratis (al menos, por ahora).


Acordaos entonces del padrazo que nos regala todos esos placeres: nuestro Dios. Y agradecédselo. Haced la experiencia de un encuentro personal con Jesucristo en la Eucaristía y en la Palabra de Dios. Cuando lleguéis a un nuevo lugar buscad enseguida el Sagrario más cercano y hacedLe compañía, ahora que tenéis tiempo y paz.

Si alguno de vuestros hijos va a otro país para aprender un idioma, aseguraos de que podrá participar en la Eucaristía dominical. Necesita tener ese contacto, al menos semanal, con Jesús resucitado, nuestra Vida. Y vosotros, si viajáis, dad preferencia a la Misa: lo primero es alabar a Dios.

Resistid a la vulgaridad ambiental que pretende imponer el bañador como “uniforme de verano”. Elegancia significa “elegir bien”. Elegid un modo de vestir que manifieste el valor que dais a vuestro cuerpo, templo de Dios. No dejéis que el ambiente se os imponga: llevad con vosotros el estilo de los hijos de Dios.