Benedicto XVI a los jóvenes: «Tenéis la tarea de mostrar al mundo que la fe trae una felicidad y alegría verdadera, plena y duradera. Y si el modo de vivir de los cristianos parece a veces cansado y aburrido, entonces sed vosotros los primeros en dar testimonio del rostro alegre y feliz de la fe»

lunes, noviembre 05, 2012

Belén va adelante con alas de águila


Último adiós a la joven Belén Langdon en la catedral de Alcalá de Henares


MADRID, lunes 5 noviembre 2012 (ZENIT.org).- El féretro de Belén Langdon, la menor fallecida el sábado tras resultar aplastada por una masa humana en la fiesta de Halloween del Madrid Arena, llegó a la catedral de Alcalá de Henares, Madrid, España, sobre las once de la mañana de hoy. Del colegio de la joven llegaron cinco autocares. El cuerpo de la adolescente de 17 años, fue velado en el tanatorio de San Isidro, y el funeral lo celebró el obispo de Alcalá Juan Antonio Reig Plà. Tras la misa, fue enterrada. La familia Langdon Del Real vivió con serenidad el último adiós a Belén.

Hace poco tiempo, la familia vivía un acontecimiento bien diferente en este mismo escenario. En la misa, presidida por el obispo de la diócesis, el hermano de Belén, Borja, de 24 años, era ordenado sacerdote. "A los cuatro ya lo tenía claro", comentaba entonces en su homilía monseñor Reig Plá. Otro hermano está en el seminario.

Hoy a las 11 de la mañana el mismo obispo presidió la misa funeral por la joven. La familia Langdon Del Real ocupaba el mismo banco y su hermano sacerdote, junto al obispo, celebraba aquél día gozoso la eucaristía. Hoy, el féretro con los restos mortales de Belén se situó en la nave central cerca de sus padres y hermanos.

"Junto al cuerpo de Belén ahora sin vida encendemos esta llama". Con estas palabras del obispo rompió el silencio en una celebración marcada por el dolor, la esperanza, y una gran serenidad.

"Sin comprender tus designios aceptamos tu voluntad y te pedimos que acojas a nuestra hermana en tu reino y que a sus familiares les consueles", afirmó el obispo de la diócesis complutense.

En la homilía, recordó los últimos días de Belén en el Hospital Universitario 12 de octubre, en los que él mismo estuvo junto a la familia. "Cuando sucedió este acontecimiento yo no estaba. Pude hablar con su hermano Carlos que me dijo: No se preocupe señor obispo, estamos en paz. Luego pude estar con ellos en la UVI. Hubieseis visto el Cielo si hubierais estado allí", subrayó.

Las compañeras y profesoras del colegio Aldeafuente les acompañaban en los primeros puestos de la catedral. También hubo palabras para ellas. "No os preocupéis, Belén va adelante con alas de águila".

La celebración concluyó con unas palabras de agradecimiento de Borja "a los que estáis hoy aquí y a los que no". En especial dio las gracias al personal del hospital 12 de octubre, a los clubes juveniles de la prelatura del Opus Dei, al colegio Aldeafuente y a sus compañeros del seminario.

Tras el funeral, tuvo lugar el entierro en el cementerio de Carabanchel, Madrid, donde familiares y amigos dieron el último adiós a la joven Belén.

El padre, Nicolás Langdon, arquitecto y padre de siete hijos, aseguró ayer que la familia está viviendo con "mucha tristeza y mucho dolor" la pérdida de su hija, pero que su fe católica les ayuda a afrontarla con serenidad y paz. "Ha querido que sea de esta manera y hay que aceptarlo", dijo visiblemente emocionado frente al tanatorio, donde agradeció a los medios el "interés" mostrado por el caso.

Cientos de personas habían velado desde las cinco de la tarde a la joven, fallecida a consecuencia de las heridas sufridas en el Madrid Arena.

Belén era la penúltima hermana de siete hermanos. La familia estuvo siempre arropada por familiares y amigos y numerosos sacerdotes. Los padres recibieron la noticia en Brasil, donde el padre trabaja como arquitecto desde hace un par de años. Tras conocer la noticia los padres regresaron inmediatamente a España, y directamente fueron al hospital.

Su muerte es la cuarta a consecuencia de la avalancha humana que se produjo en el recinto Madrid Arena durante una fiesta de Halloween, en la que también murieron Katia Esteban Casielles, Rocío Oña Pineda y Cristina Arce de la Fuente, todas ellas madrileñas de 18 años. Continúa ingresada en estado muy crítico María Teresa Alonso, de 20 años, que también resultó herida.