Benedicto XVI a los jóvenes: «Tenéis la tarea de mostrar al mundo que la fe trae una felicidad y alegría verdadera, plena y duradera. Y si el modo de vivir de los cristianos parece a veces cansado y aburrido, entonces sed vosotros los primeros en dar testimonio del rostro alegre y feliz de la fe»

miércoles, febrero 02, 2011

LAS NIÑAS QUIEREN SER PRINCESAS


Empieza un nuevo año...2011 y vuelvo para haceros partícipe de un articulo que publica la página web, que os recomiendo, WWW.ACEPRENSA.COM, son unas líneas y si os gusta podéis leerlo entero en el link que os facilito. Felíz año a todos.
http://www.aceprensa.com/articulos/2011/jan/27/las-ninias-quieren-ser-princesas/

Firmado por Cristina Abad Cadenas
Fecha: 27 Enero 2011
En los años ochenta, Joaquín Sabina cantaba “las niñas ya no quieren ser princesas”. Era en plena eclosión del feminismo. Hoy, cuando parece haberse alcanzado, si no la cima de la igualdad, al menos una cota elevada, ocurre paradójicamente lo contrario. Vuelven las princesas, pero éstas han perdido la inocencia de los cuentos infantiles. Son princesas de cuentos para mayores.
Juan Manuel Bellver, corresponsal de El Mundo en París, lo recoge así en su reportaje: “Este juego en el que las hijas deciden robarle la ropa a sus madres y embadurnarse con su maquillaje aparentando ser, por unas horas, unas elegantes damitas, se ha dado toda la vida. Pero la frontera entre lo naif y lo procaz puede ser muy sutil en estos casos y hay quien ha visto en la realización de las fotos poses forzadas, enormes escotes, tacones de aguja y ceñidos vestidos de mujer fatal fuera de lugar a tan tierna edad”.
Preparadas para comprar
Natasha Walter, impulsora del nuevo feminismo, en su libro Muñecas vivientes, publicado hace unos meses, se lamenta: “No me imaginaba que acabaríamos así: las muñecas han tomado la vida de las niñas, e incluso de las mujeres. (…) La división entre el mundo rosa de las niñas y el mundo azul de los niños no sólo sigue existiendo sino que en esta generación se está extremando más que nunca. Vivir una vida de muñeca parece haberse convertido en la aspiración de muchas jóvenes, que en cuanto salen de la infancia se embarcan en el proyecto de conquistar la imagen teñida, depilada y bronceada de una Bratz o una Barbie a base de arreglarse, ponerse a dieta e ir de compras. Sin un cambio económico y político profundo, lo que vemos cuando miramos a nuestro alrededor no es la igualdad que buscábamos; es una revolución estancada”.
Muñecas rotas
El ídolo de muchas niñas de todo el mundo ya no es Minnie Mouse, sino otros personajes más sofisticados de Disney Channel, como Hannah Montana (Miley Cirus) o Sunny entre estrellas (Demi Lovato). Ambas actrices, junto con otras como Lindsay Lohan o, yendo más atrás en el tiempo, Britney Spears, engrosan hoy el estante de las muñecas rotas de Disney y ejercen una poderosa influencia sobre el público infantil.
Cuando alcanzan la pubertad, estas niñas que apenas vieron dibujos infantiles se convierten en consumidoras de revistas para adolescentes y de series como las españolas Física o Química, Al salir de clase, o las americanas Skins o Gossip Girl, donde el culto al físico, la irresponsabilidad de los adultos, el divorcio de los padres, la pérdida de la virginidad y el consumo de alcohol y de drogas, son temas centrales.
Muchas veces estos productos son vistos a través de Internet, en sesiones maratonianas y fuera del alcance de los progenitores, y compartidos en foros y redes sociales. Y aunque a nadie le gustaría vivir sus ajetreadas vidas, sus protagonistas generan empatía