
Esta tarde he vivido una situación muy común. Recorri la ciudad buscando una cosa concreta en distintas tiendas. A lo largo de la tarde fui recogiendo un montón de caras de todo tipo, actuaciones simpaticas, malhumoradas, delicadas, atentas, encantadoras…
Me ayudó a pensar. ¿Qué veo en “el otro” cuando me pregunta”?. No cabe duda de que si ves “persona” el trato es diferente. También el reflejo de tu misma vida. La paz interior.
Esa parte trascendente de nuestra vida es la que capta a “la persona”, es capaz de ver su interior y no solo su aspecto, es capaz de volcarse y dar todo tipo de explicaciones sonriendo, no solo para cumplir su deber sino para servir y ayudar a pesar del calor, del cansancio de la tarde, del numero de horas de pie…
En fin, cautiva con ese buen hacer y esa sonrisa que hace que te plantees volver a ese lugar con cualquier excusa porque te has sentido bien.
Qué ejemplo para aprender…tomo nota.
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